Desde joven, todo lo que rodeaba al ninjitsu llamó mi atención. En los 90 cuando surgió en todo el mundo el “boom” de los ninjas, este arte despertó mi interés y empecé a recopilar información sobre el mismo, pero por desgracia los "maestros" que conocí, sobre todo españoles, despertaron en mí serias dudas. En un principio nadie lo practicaba en nuestro país y a raíz de la llegada de Ruy San empezaron a aparecer expertos hasta de debajo de la piedras…
No era posible dominar tantas cosas en tan poco tiempo, máxime cuando se requiere toda una vida para ello. Llegué a la conclusión, posiblemente errónea, que nada tenía que ver el arte que se llevaba a la práctica en el pasado con lo que se practicaba en la actualidad. Por circunstancias, Sensei Hatsumi vino a España a dar un Taikai, antes de acudir al mismo para realizar la sesión fotográfica, pude hacerle la entrevista. Simplemente me sorprendió; el sensei no hablaba nada de español, sin embargo, se anticipaba a mis preguntas, inclusive a veces antes de que las realizara, cuando las tenían en mente. Tenía el control total de la situación, era consciente de todo lo que acontecía en aquella habitación, algo verdaderamente increíble; quienes le conocen, saben que no exagero. Por descontado, Sensei fue todo lo cordial y amable que suelen ser los maestros nipones.
Al día siguiente, cuando le vi en acción quedé sorprendido, para la edad que tenía, se movía con la agilidad de un hombre de 40 años. Sus conocimientos y habilidad con todas las armas que le vi manejar fue sorprendente, simplemente fluían las técnicas en él con la naturalidad típica de las personas que han llegado más allá y le daba igual coger cualquier arma, para manejarla con idéntica destreza. Sus conocimientos técnicos eran verdaderamente sorprendentes y mientras algunos de los cursillistas intentaban imitarle hasta en el mínimo de los detalles, el maestro simplemente fluía y se adaptaba a las circunstancias y a los ataques. Creo que muchos no entendieron el mensaje, cuando alguien le pedía que repitiera la técnica o que explicara una parte de la misma, el maestro no se acordaba porque había actuado de forma inconsciente, las técnicas estaban ahí, solo se dejaba llevaba por la situación...
Tuve la oportunidad de tratar con él los puntos vitales y simplemente aquello fue sorprendente, sus conocimientos y precisión de los puntos nerviosos fue entrar en otra dimisión. En fin, todo en él era simplemente asombroso, no tenía nada que ver con lo que había visto anteriormente.
Fue de esas personas que al verlas trabajar sabes que aunque te dediques todo una vida a entrenar con ellos, nunca llegaras a su nivel.
Hatsumi es un maestro que a través de las artes marciales, ha llegado por un control técnico a un control mental, despertado en ese proceso ciertas "sensibilidades" de su organismo, dándole la capacidad de hacer con talento muchas de las actividades. Tenía un montón de inquietudes artísticas que realizaba con la misma destreza. Tanto me impactó aquel encuentro, que desde entonces cuando se habla de ninjitsu lo asocio a Hatsumi, no me extraña que esté considerado un tesoro viviente de Japón.