lunes, 17 de marzo de 2014

RAMÓN DEKKERS

RAMÓN DEKKERS
POR PEDRO CONDE


       El 13 de agosto de 1993 tuvo lugar, en la plaza de toros de Puerto Banús (Marbella), la mayor velada de Kick Boxing que se ha organizado en España. Allí se dieron cita los mejores kick Boxers de Europa, entre ellos estaban: José Vicente Eguzquiza, Joe Prestia, Dida Diafat, Noel Van Heuvel, Stephane Niekema y... Ramón Dekkers, al que admiraba profundamente, pues poseía una gran recopilación de sus combates y conocía su gran calidad como Kick & ThaiBoxer. Sinceramente me llevé una gran desilusión al conocerle personalmente: era bajito y más bien delgado, por su complexión muscular no aparentaba elgran campeón que era. Sin embargo todos los presentes, incluyendo sus rivales más directos en el ring, le tenían un gran respeto.

   Obviamente, al tener al alcance tantas estrellas de las grandes veladas, no desperdicié la oportunidad de tratarlos, entrevis­tar­los y, por supuesto, asistir a algunas de sus sesiones de entrenamientos.
Ciñéndonos a Ramón Dek­kers, que a pesar de acudir como invitado no por ello dejó de entrenar, en sus sesiones pude observar cómo apenas usaba el desplaza­miento, tampoco se centraba excesivamente en el trabajo de esquiva. Es decir: ni él ni su entrenador y cuñado Cor Hemmers prestaban dema­siada atención al sistemadefensivo. Su método de entrenamiento estaba basado en golpear a los paos con golpes potentes o penetrantes. La técnica con que lo hacía era indiferente. En ningún momento combina­ron un golpe percutante (jab) con un golpe penetrante (cross­). Tampoco le vi retroceder a pesar de que su entre­nador, de vez en cuando, le lanzaba ráfagas de golpes. Tampoco utili­zaba la esquiva, alguna vez bloqueaba, pero en la mayoría de las ocasiones ni se molestaba en hacerlo. Aque­llo me impre­sionó. Lo especial en él no era la técnica que empleaba ni tampoco su entrenamiento, parecido o similar al de sus rivales, lo que le hacía verdaderamente diferente era su mentalidad, su actitud ante todo. Cada golpe que ejecutaba parecía que le fuera la vida en ello. Cuando le impactaba algún golpe en su cuerpo, en su mirada dejaba entrever que no había roto su concentración y que nada era capaz de desviar su atención de su objetivo, que era pegar con todo y más... 
       Cualquiera de sus impactos era capaz de enviar a la lona al combatiente más experimentado. Aquella determinación y mentalidad eran verdaderamente impactantes y sorprendentes, incuestionablemente por esto fue campeón del mundo I.M.F. 1990-1991-1995, campeón del mundo M.T.B.N. 1991-1992-1993. Nº 7 Lumpini esta­dium (Tailan­dia). Obviamente en la entrevista se abordó aquella cuestión y estas fueron sus palabras: "Es todo cuestión de mentalidad, de ser aún más duro que tus rivales europeos o que los tailandeses, de auto convencerte que posees más potencia de pega­da. El intentar vencer técni­camente a un tailandés es perder el combate porque es muy difícil, o mejor dicho casi imposible, ganarle por puntos, por lo que la única manera de salir victorioso del combate es noqueán­dolo y para conseguirlo se ha de ser más duro que ellos. En Tailan­dia resulta imposible ganar por puntos. O ganas por ko o estás perdi­do. No peleas sólo contra tu rival, también contra el árbitro, los jueces y el público. Es su deporte nacional y cuando gana un occi­dental se sienten ofendidos. Aparte, mis adversarios son siempre los mejores Thaiboxers. Por dinero y otros intereses no permitirían que peleara con un thaiboxer medio­cre y para ganar tengo que ser el más duro de todos, el que más aguante, el que más fuerte pegue, el que posea una mentalidad supe­rior."
Llegando a este punto ¿Qué consideraba Ramón Dekkers más importante, la mentalidad o la preparación física? "Sin mentalidad no ganas, pero es que si no tienes un buen fondo tampoco, por eso ambas cosas son igual de importantes. Para subir al ring se necesita fondo y aparte hay que tener una mente fría, no ser demasiado emocional, porque entonces es cuando te ciegas y acabas perdiendo."




Tres años después, vino a Madrid a dar un cursillo con su entrenador Cor Hemmers donde mostraron algunos de sus "secretos". El evento fue multitudinario (hubo más de 200 inscripciones), algo fácil de enten­der dada la cate­goría de este competi­dor de leyen­da. Sin embargo, y a pesar del número de cursi­llis­tas, debido a una lesión, ni Ramón Dek­kers ni Cor Hemmers estuvieron a la altura de las cir­cunstancias... sólo puedo decir que cualquier parecido entre lo que vi en Marbe­lla y lo que se trabajó en el cursillo fue por pura coinciden­cia. Desde luego Ramón Dekkers no estaba en su mejor momento, sobre este tema nos declaró: "En mi vida deportiva existen ciertos bajones, suelen darse en épocas en las que peleo demasiado. A veces no me da tiempo a recupe­rarme como es debido de un combate a otro, y eso pasa factura encima del ring. Por ejemplo, recientemente he realizado dos combates, con una diferencia entre ambos de dos semanas. Como com­pren­derás por muy bueno que seas y por excelente que sea tu forma físi­ca, no tienes tiempo de prepararte entre comba­te y combate. Supongo que muchos pensarán que estoy loco por hacer estas cosas, me gusta­ría que le ofrecieran las mismas bolsas a ellos, a ver lo que ha­cían"...
En aquellos días, el holandés había perdido algunos combates contra adversarios muy por debajo de su nivel. Se rumoreaba que en bastantes ocasiones promotores y entrenadores arreglaban fechas para que algunas veladas se realizaran un par de semanas después de que hubiera disputado un gran combate. Evidentemente, no había tiempo material para recuperarse y Ramón Dekkers peleaba muy mermado, era la única forma de vencerle. Obviamente, el Kick Boxer que lograba tal hazaña hacía subir su caché y bolsa por combate. Como todos sabemos la competición de thai-kick boxing es muy exigente, por lo que muchos nos preguntábamos ¿No correrá el riesgo, compitiendo tan a menudo como lo hace, de caer en el sobreentrenamiento y "quemarse"? Sobre esto, nos comentó: "Pues realmente no lo sé. Llevo 7 u 8 años entrenando a tope, compitiendo al más alto nivel y de momento el cuerpo nunca me ha "traicionado", lo puedo llevar hasta el límite sin quemarlo. La única salvedad es que necesito un tiempo mínimo de recuperación tras un combate, si no lo hago corro el riesgo de subir al ring en baja forma. Si lo haces, puedes estar muy bien psíquicamente, sin embargo el organismo no te responde. Notas que te cuesta reaccionar, que los golpes hacen más daño, que te fatigas antes, etc. Todas estas cosas hay que tenerlas en cuenta porque si no lo haces, es fácil que pierdas."

   



Años después volvió a Madrid a dar otro cursillo. En aquella época, en sus últimos combates sólo quedaban unos leves resplan­do­res del pasado, había perdido lamirada del tigre. Parecía que el campeón ya estaba cansado de tantas peleas, entre­namientos y sacrificios. Su fisonomía mostraba la gran cantidad de golpes que había recibido a lo largo de su carrera, para mí, tan sólo había que realizar una comparativa de la fotos que tenía con él, desde luego su cara no era la misma... y me dio la impresión de que su mente, tampoco. Durante gran parte del tiempo e inclusive durante la entrevista, parecía ausente, fue cuando nos anunció su retirada... "Quiero que me recuerden básicamente como un buen Kick & thai-boxer. Por eso me retiro tan joven; no es que no pueda seguir combatiendo, pero a partir de ahora mi nivel en competición sólo puede des­cen­der. De hecho se está notando en mis últimos combates. Mucha gente se aferra al ring aunque sus buenos tiempos ya hayan pasado; así que comienzan a perder un combate tras otro arruinando esa magia que tuvieron en su momento. Hay que saber retirarse a tiempo. Yo no quiero que me ocurra lo mismo. Algunos me dicen que si nos retiramos los "grandes" el nivel bajará, pues al fin y al cabo nosotros somos el reflejo de lo que hay en Europa. Es cierto lo que dicen, pero no podemos continuar toda la vida ahí. Es hora de dejar paso a otros, llegó la hora del relevo"...



Ramón Dekkers fue a nivel occidental, al menos en Europa, lo que Mohamed Ali al boxeo en la época en la cual los combates de los deportes de contacto levantaban auténticas pasiones y sus veladas eran multitudinarias, por ello algunos canales de televisión de ciertos países pagaban auténticas fortunas por las retransmisiones. Quizás la carrera del holandés llevada de otra manera no se hubiera visto "empañada" por ciertas derrotas e incuestionablemente su última etapa hubiera sido más brillante, sin embargo, a nivel económico también hubiera sido distinta. Desde este punto de vista, lo que hizo fue totalmente comprensible y lógico, pues las bolsas que le ofrecían eran realmente astronómicas y cualquier otro competidor, en su lugar, hubiera aceptado aquellas peleas. Quizás todo esto pueda resultar incompresible para algunos pero, en este aspecto, España no dejó de ser nunca el país de la "peineta y la pandereta" a pesar de contar con excelentes campeones y una gran cantera de buenas promesas que, con un buen promotor y marketing, hubieran tenido oportunidad de destacar, pero...
En el caso concreto de Dekkers, en aquellos momentos, cualquier velada en la que apareciera su nombre era una garantía para que fuera retransmitida y, de paso, se garantizara una gran afluencia de público. Algunas, si el cartel era muy bueno, llegaban a reunir hasta 20.000 personas, por lo que había que pagar espléndidamente al reclamo, evidentemente, todo iba en acorde con el evento y, en esto a nosotros, aun nos quedaba mucho que recorrer... Sobre este tema recuerdo que, para mí y supongo que para los demás miembros que componían el cuadro técnico y federativo de la velada de Marbella, estábamos deslumbrados por los medios y patrocinadores del evento, nunca se había organizado nada igual, los competidores se alojaron en uno de los mejores hoteles de Marbella y gozaban de todos los servicios, sin embargo competidores y demás, no foráneos, mostraron en más de una ocasión su decepción y el holandés no fue una excepción, además con razón. Con el fin de no herir los sentimientos de nadie o facilitar algún dato erróneo, sólo comentaré lo que me atañe:  Ramón Gallego y Jesús Eguía, respectivamente presidente y director técnico del departamento de Kick Boxing de la federación española de boxeo, me encargaron que confeccionara un press de prensa de los competidores para facilitar información a cualquier medio que lo solicitara. El mismo número que llevé de Madrid, fueron los que volvieron...



Didat Diafat me pregunto ¿cuantas televisiones españolas van a cubrir el evento? le dije que suponía que ninguna. Me equivoque, apareció alguna para grabar a los personajes de la "Jet" que acudieron como espectadores y tras dar una fugaz pasada con la cámara por el ring, se marcharon. Fui el único representante de una revista del sector que cubrió el evento, cuando los entrevistados me pedían algún ejemplar y la ojeaban, no podía evitar el sentir vergüenza ajena al ser consciente de la calidad de las publicaciones que editaban fuera de nuestras fronteras ¿cómo explicarles que eso es lo que vendía aquí? Por lo menos en mi campo y creo que en muchos otros, no se podía establecer una comparación, porque simplemente es que no la había.
     Por último, Ramón Dekkers, al igual que otros competidores, eran conscientes del momento que vivían e intentaban sacarla el máximo partido a ello. El holandés a pesar de su juventud tenía la cabeza muy bien amueblada y era consciente que las oportunidades se presentan muy pocas veces en la vida y había que aprovecharlas, a pesar de todo, saco tiempo para divertirse, en todo momento se mostró como un joven muy simpático y alegre, que se ganaba y muy bien, la vida, haciendo lo que más le gustaba.

 Ramon Dekkers falleció el 27 de febrero del 2013, a la edad de 43 años, estaba entrenando con la bicicleta en la localidad de Breda, cuando tuvo un colapso, todo apuntó que fue victima de un infarto, ocurrió en un tunel, al caer al suelo se golpeo en la cabeza, algunos transeuntes intentaron auxiarle y reanimarle sin exito, cuando llego la ambulacia y los servicios medicos, certificaron su fallecimiento. D.E.P.