El sábado 28 de marzo de 1992 tuvo lugar mi reencuentro con
Chuck Norris, preparé un cuestionario muy amplio. Su distribuidora me había
dado un tiempo extra porque iba en representación de dos publicaciones.
La entrevista fue larga, muy larga, porque era para dos publicaciones con posibilidad de ampliarlo a una tercera, en el desarrollo de la misma pude percatarme que Chuck Norris no actúa, es la misma persona que aparece en la serien Walker Texas Ranger. Una persona afable, muy respetuosa y seria. Es un señor y un caballero con mayúsculas, un hombre de honor. Respecto a su nivel marcial, vi como la federación española de Karate llevó a José Manuel Egea, el mejor competidor de todos los tiempos para que conociera al coloso americano.
En el encuentro hablaron y realizaron algún gesto típico de artes marciales y marcaron algún golpe al aire. Chuck Norris a pesar de su edad, mantenía una extraordinaria rapidez con el puño, por lo poco que le vi manejar la pierna, tenía muy poca elasticidad, era demasiado evidente que su punto fuerte era el tren superior.
A Chuck Norris le acompañaban un pequeño séquito de personas, entre las personas que le iban con él se encontraba su peluquero (quien ocultaba con cierta frecuencia sus entradas capilares), su
abogado, guardaespaldas y su hijo. El letrado nos confesó que había echado un
vistazo a código jurídico español por su acaso surgía algún proyecto y nos
explicó que Norris era muy modesto, normalmente a las celebrities las
acompañaban mucha más gente. Durante los días que estuvo en España, le
entrevistaron y participo en diferentes
programas de televisión y por supuesto tuvo tiempo de visitar y conocer algunos
lugares emblemáticos de la capital y realizar una visita relámpago a Toledo,
ciudad que le hechizó.
