lunes, 17 de marzo de 2014

FRED ROYERS

FRED ROYERS
Por Pedro Conde


     En los campeonatos mundiales de Karate celebrados en Madrid en 1980, el campeonísimo español Juan Pedro Carbila realizó una exhibición en la que deleitó al público con su gran técnica de piernas y de barridos. Su Uke (quien recibe la acción) era un holandés de tez muy blanca, casi albino, con bastantes entradas, aquel no era otro que Fred Royers, competidor muy frío en kumite y sobre todo técnico.



En aquellos campeonatos España consiguió el oro por equipos. Muchos de aquellos participantes alcanzaron años después la fama y otros, a pesar de su medalla de oro, están condenados al más absoluto de los ostracismos. De los pocos que alcanzaron las mieles del éxito, aunque no con el karate, tenemos, por ejemplo, al campeón de los pesos pesados en individual: Billy Blanks, y en Kick Boxing, como no, aFred Royers, entre otros. En su caso concreto era un competidor nato, que supo compaginar las artes marciales denominadas clásicas con los deportes de contacto, consiguiendo grandes logros a nivel deportivo en ambos casos. Cuenta con un curriculum impresionante en ambas artes, donde cabe destacar:


  • CAMPEÓN DEL MUNDO DE KARATE POR EQUIPOS (TOKIO).
  • SUBCAMPEÓN DEL MUNDO DE KARATE (1980).
  • CAMPEÓN DE EUROPA DE KARATE (1979).
  • 10 VECES CAMPEÓN DE HOLANDA DE KARATE.
  • CAMPEÓN DE EUROPA DE SAVATE (1984).
  • CAMPEÓN DE EUROPA DE THAI BOXING.
  • CAMPEÓN DEL MUNDO DE KICK BOXING.

     Aprovechando la coyuntura de que dio un cursillo en España, la revista Dojo le entrevistó. Gracias a ello, tuvimos oportunidad de conocerle y tratarle. Nos resultaba extraño que con su palmarés deportivo en karate, dejara a un lado este arte para dedicarse a los deportes de contacto. Evidentemente, abordarnos esta cuestión durante la entrevista, y esto es lo que nos decía al respecto: "En 1984, cuando dejé la competición de karate, había sido 10 veces campeón de Holanda, campeón de Europa en 1979, dos veces tercer clasificado en el campeonato del mundo, campeón del mundo por equipos en Tokio, subcampeón del mundo también por equipos en Ma­drid y subcampeón de los Juegos Mundiales celebrados en Santa Clara (EEUU). Paralelamente, ya hacía tiempo que lleva­ba realizando comba­tes de kick boxing y subiendo en los rán­kings de este deporte de comba­te. Cada vez me costaba más simulta­near el entrenamiento de ambas prác­ticas, así como los numerosos combates, por lo que llegó un momento en el que decidí concentrarme en el kick boxing, teniendo en cuenta que ya poseía importantes títulos de karate". Con la grabadora desconectada, amplió su repuesta. No comentó que si hubiera dado un cursillo de karate, no habrían acudido ni la mitad de las personas que al de kick. Obviamente, en el karate no se movía dinero y, por tanto, tampoco existían los patrocinadores necesarios, en cambio, en los deportes de contacto, sí. A pesar de ello nos confesó que nunca había abandonado la práctica del karate y, de hecho, continuaba dando clase de este arte marcial en su gimnasio. En su opinión ambos se complementaban. Sobre este aspecto nos dijo: "Para empezar, quiero dejar claro que en mi opinión ambas modali­dades de competición y ambos sistemas de combate son igual de respe­tables, el uno no es superior al otro. Exigen una mentalidad y técnica diferente pero el mérito y esfuerzo son el mismo. Se acaba igual de cansado tras tres minutos de combate en karate, por toda la concen­tración (kime), rapidez y reflejos que exige, que tras los doce asaltos de un combate de full -añadiendo- yo he aprendido mucho del kick y del thai boxing pero lo que me enseñó el karate a nivel de rapidez y de concentración es igual de valioso”.



Resultaba curioso escuchar a uno de los "grandes" de los deportes de contacto hablar así, sobre todo cuando nos dio una disertación sobre el "do" y el espíritu del karate... Royers al igual que hizo Valera y otros grandes "guerreros", se marchó a Estados Unidos para aprender todos los "secretos" sobre el contacto. En su caso, su entrenador y preparador fue Benny Urquidezsobre todo aquello nos comentaba: "Fue algo inolvidable. Yo estaba estudiando en la UCL, una univer­sidad de Los Ángeles, y todos los días cogía el autobús hacia el barrio hispano de la ciudad para entrenar con él en el pequeño gimnasio que dirigía por aquel entonces. Benny, aunque era campeón de kick boxing, no era realmente bueno en lo que respecta a los low-kicks; pero era un auténtico maestro combi­nando series puño-pierna de forma eficaz, era un fuera de serie. Esto fue por lo tanto lo que más aprendí de él".

      Como anécdota y con el micrófono cerrado, nos comentó que el secreto de los éxitos alcanzados por Benny Urquidez, al igual que Ramon Dekker, radicaban en su mentalidad. Desde luego Fred Royers no era el típico competidor de los deportes de contacto. En el ring, nunca destacó por su agresividad, tampoco por su gran pegada, si no por su inteligencia y frialdad: Siempre hacía la técnica correcta en el momento adecuado. Fuera de ring, es un hombre poco expresivo, atento a todo lo que acontece a su alrededor, midiendo sus palabras, tanto en los cursillos como fuera de ellos. En aquella época al menos, daba la impresión ser excesivamente prudente. Posee cierta formación académica, de hecho coincidíamos en la retrasmisiones del programa"Combat Sport" de Eurosport (él era el comentarista de Holanda). Hombre con una vida muy ordenada, no bebe, no fuma, lleva una dieta equilibrada y tampoco sale de juerga, acostándose todos los días a las 9 de la noche. Según nos confesó JuanCarlos (Charlie) parecía más un monje que un guerrero del ring. Personalmente, creo que la comparación no era correcta, parecía más un maestro de karate, a la antigua usanza, que un competidor de ring.