miércoles, 19 de febrero de 2014

STEVEN SEAGAL




     No puedo negar que, por alguna extraña razón, Steven Seagal no me inspiraba ninguna simpatía, hecho que se dejaba entrever en mis artículos. Sin embargo, este concepto cambió radicalmente cuando tuve la oportunidad de conocerle personalmente.
 
 


     El 5 de septiembre de 1995 tuvo lugar la presentación para la prensa de "Alerta Máxima II". Durante el desarrollo de la misma, un periodista de una conocidísima publicación cinematográfica preguntó a Steven Seagal que si no le parecía exagerada la violencia de sus películas, eso sin olvidar su inexpresividad (este comentario fue motivo de risas). El actor le respondió sin alterarse. No conforme con la contestación, siguió insistiendo en que siendo un pacifista y ecologista, sus películas representaban lo opuesto a sus ideas. Steven Seagal le respondió, que se notaba que era un neófito en artes marciales, pues cualquier practicante sabía que el Aikido era el arte de la armonía, de la no violencia Él nunca atacaba, sólo se defendía, pues en la vida había que aprender a defenderse para no ser presa de los violentos y de los delincuentes. Entonces le preguntó al reportero, cuál sería su reacción si llegara a su casa y se encontrara a unos delincuentes que estaban golpeando a su padre o violando a su hermana, cuál sería su reacción en estas circunstancias.
El periodista respondió que no haría nada, porque en su casa no había armas.
Entonces el actor le preguntó: ¿En su casa no hay cuchillos para cortar la carne o un palo de fregona, etc.? El reportero respondió que sí, pero que probablemente se dejaría matar, antes de recurrir a la violencia. El maestro de Aikido, con un gesto de desprecio, le dijo que no le preguntara nada más, pues no era sincero ni honesto con los presentes y lo que era peor, tampoco lo era consigo mismo, que siendo así, como iba a serlo en su trabajo.


      Ocurrieron varias anécdotas parecidas a estas y Steven Seagal las resolvió de una manera similar. Estoy seguro, que al finalizar la rueda de prensa, los críticos seguían opinando lo mismo sobre sus películas, pero también estoy seguro de que se ganó su respeto, logrando cambiar el concepto que tenían de una "montaña de músculos, sin cerebro".
     Tras esto hubo un pequeño ágape, momento que aproveche para acércame a Steven Seagal y hablar con él, pero eso es otra historia...