martes, 7 de mayo de 2019

10 Consejos para mejorar tu entrenamiento

COMBAT ARTS FAMILY



Siempre se piensa que se puede dar más en el entrenamiento; sin embargo a veces (aún por mucho nos gusten las artes marciales), se cae en la rutina ¿Porque...? ¿Porque a veces se evoluciona notablemente y en otros períodos nos estancamos? ¿Es inevitable caer en la monotonía cuando se realiza el mismo entrenamiento durante un cierto tiempo? Todas estas interrogantes y algunas más dejaran de ser una incógnita para usted, querido lector, cuando termine de leer este artículo.




                           1- VARIAR CON FRECUENCIA LA NATURALEZA DEL ENTRENAMIENTO.

      Para no convertir el entrenamiento en algo rutinario y monóto­no, defecto muy común en gran número de gimnasios, es recomendable cambiar de vez en cuando el orden de ejecución de lo que se entrena, pero sobre todo resulta muy interesante introducir ejercicios o técnicas nuevas a entrenar. No existe una pauta absoluta que determine en qué momento es recomendable variar la naturaleza del propio entrenamiento. Algunos maestros o profesionales de los deportes de contacto simplemente lo hacen cuando comienzan a aburrirse de repetir constantemente lo mismo como autómatas; otros, en cuanto constatan que el rápido progreso que estaban logrando gracias cierto entrena­mien­to comienza a estancarse, se plantean entonces el variar la naturaleza del entrenamiento para seguir evolucionando o mejorando. Variar no significa necesariamente cambiar el entrenamiento de manera radical, a veces incluso basta con alterar el orden de lo que se entrena para acabar con la monotonía. En resumen, lo más importante es variar el entrenamiento y los ejercicios con cierta frecuencia porque el cuerpo se adaptará a los cambios introducidos fortaleciéndose y evolucionando. La novedad siempre es un incentivo importante para la mente que además evita que nuestra evolución se estanque en monótonas repeticiones.

2- ENTRENAR DE MANERA ALTERNATIVA LAS EXTREMIDADES SUPERIORES Y LAS EXTREMIDADES INFERIORES.

      Es recomendable concentrarse un día en el entrenamiento de la mitad superior del cuerpo (ya sea mediante flexiones, pesas, tenso­res o repeticiones técnicas) para, al día siguiente, entrenar las piernas (corriendo, entrenando la técnica y potencia de nuestras patadas y acabando con una intensa sesión de elasticidad). Siempre hay que intentar mantener un equilibrio entre la preparación física y la preparación técnica pues ambas son fundamentales en un artista marcial completo.


                                               3- REALIZAR CICLOS DE ENTRENAMIENTO.

      Incluso a las máquinas más potentes se las debe dejar en total reposo de vez en cuando para optimizar su rendimiento. El cuerpo humano, como máquina biológica, no puede soportar eternamente un entre­na­mien­to demasiado intenso. Muchos campeones han descubierto que su cuerpo tan sólo puede soportar entre 4 y 6 semanas de super-entrenamiento (entrenar al 100 %) antes de una competición o combate importantes. Tras este, debían volver a un entrenamiento bastante moderado para no extenuar sus recursos físicos, para no "quemarse". Lógicamente, el cuerpo necesita un descanso reparador y regenativo antes de volver a llevarlo hasta intensas cotas de entrenamiento. El hacer ciclos en nuestro entrenamiento permite que se pueda entrenar el cuerpo de forma muy intensa durante ciertos períodos siempre y cuando respetemos los períodos de moderación y descanso. El respeto de estos ciclos previene las lesiones y la habituación mejorando nuestra actitud de entrenamiento; es algo positivo puesto que a largo plazo hace de los entrenamientos algo de lo que podemos dis­frutar realmente. Es decir, lo ideal consiste en entrenar durante 5 ó 6 semanas con la máxima intensidad de manera que nuestros progresos sean espectaculares, tras lo cual conviene entrenar sólo lo imprescindible para mantener un cierto nivel y no perder los atributos adquiridos. Esto incide también en la motivación del practicante pues durante el ciclo de "descanso" o mantenimiento se suele aprovechar para reor­denar las ideas y objetivos y poder volver progresiva­mente a un entrenamiento intensivo con muchas más ganas. Hay que tener muy claro que bajar el nivel de tu entrenamiento no significa retroceder sino más bien "coger carrerilla para saltar más lejos".





                                              4- INTENTAR SUPERARSE EN CADA ENTRENAMIENTO.

      Se dice que "el éxito atrae al éxito". Plantearos pequeñas metas cada día que entrenéis e intentad cumplirlas. Haced de la superación personal, por ínfima que sea, la clave de vuestro entrenamiento diario. Si, por ejemplo, en un principio se logra un cierto ángulo de apertura de piernas hay que intentar al siguiente entrenamiento abrirse unos centímetros más; si se empieza con 100 flexiones abdominales, al entrenamiento siguiente hay que hacer 101 ó 105. La razón de ser de este afán de superación constante es sobre todo psicológica puesto que nuestro cerebro tiende a asociar los senti­mien­tos con el entorno: si a cada sesión de entrenamiento salimos satisfechos por haber logrado superarnos aunque sea ínfimamente nuestro cerebro tenderá a asociar el entorno de entrenamiento con el sentimiento de satisfacción; este es posiblemente el secreto para mantener la motivación en cualquier actividad.

      5- SENTIR CADA EJERCICIO Y USAR EL EQUIPO DE ENTRENAMIENTO  ADECUADO.

      Es cuestión de sensibilidad interna y de autoconocimento. En todo momento de nuestro entrenamiento debemos "sentir" que estamos trabajando efectivamente los músculos y atributos adecuados de la manera correcta. Esto que parece tan evidente es olvidado muy a menudo y muchos practicantes entrenan de manera mecánica sin plantearse a cada técnica si lo han hecho bien y qué deben cambiar o mejorar. Ejecutar o entrenar una técnica sin "sentirla" equivale a perder el tiempo. Esto exige una concentración constante. Para mejorar atributos como potencia, velocidad, coordinación, equilibrio, técnica, etc. es necesario utilizar un equipo de entrenamiento adecuado. Es muy difícil, por ejemplo, desarrollar la precisión o el timing golpeando al aire como lo es desarrollar la potencia si tan sólo marcamos el golpe, es recomendable utilizar ciertos aparatos de entrenamiento precisos para desarrollar cada atributo. A este nivel hay que reconocer que los deportes de contacto llevan bastante ventaja a las artes marciales tradicionales tal y como se entrenan ambos hoy en día. Los primeros hacen uso en sus entrenamientos de una gran variedad de aparatos: sacos de boxeo de diferentes tamaños, pun­ching-balls, guantes acolchados, focus gloves, paos, etc. Las artes marciales tradicionales apenas utilizan aparatos de entrenamiento por lo que un practicante de estas necesita normalmente entrenar durante mucho más tiempo para desarrollar los atributos al mismo nivel que un practicante de deportes de contacto. En definitiva, el equipo de entrenamiento sirve básicamente para desarrollar de manera más rápida y más adecuada nuestros diferentes atributos.




                                              6- MEJORAR EL FONDO O RESISTENCIA FÍSICA.

      Partiendo de una situación de reposo, basta un leve calentamiento para que seamos capaces de entrenar a un 100 % de nuestras posibilidades durante cierto período de tiempo a partir del cual el rendimiento va decreciendo hasta que llegamos a la extenuación física y mental. Mejorar el fondo o resistencia física consiste tanto en alargar ese período de tiempo de plena capacidad física como en ser capaces de recuperar la mayor parte de esa capacidad tras un mínimo descanso. A nivel de resultados esto se traduce en que seamos capaces de mantener el mismo nivel físico óptimo durante todo lo que dure un combate o un duro entrenamiento reduciendo al mínimo posible los períodos de recuperación.

                           7- ALIMENTARSE ADECUADAMENTE EN CANTIDAD Y CALIDAD.

      Nuestro cuerpo necesita una cantidad y tipo de alimentos muy precisos para sacar el máximo provecho de nuestros entrenamientos. Un cuerpo poco o mal alimentado no traducirá las horas de entrenamiento en mejoras físicas; una alimentación poco equilibrada es un lastre para todo deportista que pretenda entrenar con intensidad. Lo más recomendable es por supuesto acudir a un especialista como el médico endocrino y relatarle detalladamente el tipo de actividad que realizamos tras lo cual él nos dirá cuál es el régimen alimenticio idóneo para maximizar nuestro rendimiento en los entre­namien­tos según nuestra complexión y metabolismo. El cuerpo, lógicamente, para conseguir ciertos resultados necesita ciertas energías que tan sólo una adecuada alimentación puede aportarle. Sería ridículo pretender arrancar un coche sin echar gasolina o echando carburante de avión, o sin recargar la batería. Es por lo tanto también ridículo pretender que el cuerpo humano, mil veces más complejo que el motor de un coche, funcione al máximo de sus capacidades físicas si lo ali­menta­mos poco o con alimentos inadecuados. Un último consejo es que acudáis a un médico especialista en alimentación y metabolismo también llamado médico endocrino, para consultar a fondo todos estos temas y que no os fiéis de lo que os puedan decir cuatro "expertos de gimnasio" que creen saber de todo pero que no pueden conocer tu caso particular. Recordad: cantidad y calidad, con la salud no se juega.

               8- ESTABLECER COMPARACIONES CON EL COMPAÑERO DE ENTRENA­MIENTO.

      En el entrenamiento que se haga fuera del gimnasio siempre es muy recomendable contar con un compañero para, por un lado, romper con la monotonía de las rutinas de ejercicios y además, para realizar ciertos ejercicios que necesitan de la presencia de otra persona. Suele establecerse con este compañero una rivalidad sana que siempre resulta positiva pues nos fuerza a dar más de nosotros mismos en cada entrenamiento si queremos superarle. Por esta razón en el entrenamiento en pareja se suele producir una entre-motivación o motivación mutua realmente interesante y fructífera siempre y cuando ambos tengan un nivel físico y técnico similar y la competi­tividad que se establezca sea siempre sana, es decir, que el respeto por el compañero pase siempre por encima de cualquier otra cosa.



                                             9- DESCANSAR EL CUERPO Y LA MENTE.

      Tras un intenso entrenamiento es necesario conceder al cuerpo el tiempo necesario para reponerse y desarrollarse. Para esto no existen fórmulas secretas, se debe dormir inexcusablemente entre 7 y 9 horas al día (según el metabolismo de cada uno), robarle horas al sueño equivale a dañarte la salud. También es recomendable en este sentido evitar estresarte demasiado en la vida cotidiana, cosa cada vez más difícil en el tipo de sociedad acelerada en la que vivimos. El tiempo es oro pero la salud es más valiosa que el oro. El estrés puede llegar a ser muy perjudicial; estimula por ejemplo la emisión excesiva de Cortisol, hormona que ejerce un efecto cata­bólico sobre los tejidos musculares, cosa que hay que evitar. Contra el estrés de la vida diaria y la fatiga de un duro entrenamiento no hay más que una solución sana y natural: dormir la cantidad de horas necesarias.

                                               10- FIJARSE UN OBJETIVO ESPECÍFICO.

      La naturaleza humana necesita consciente o inconscientemente plantearse un objetivo para justificar sus actividades y moverse hacia adelante. Cuanto más claro y especificado se tenga este objetivo más fácil nos resultará motivarnos sin titubeos para alcanzarlo. Se debe pues tener claro lo antes posible a qué nivel se quiere llegar y qué camino vamos a seguir (qué entrenamiento nos interesa). Muchos lectores se preguntarán cómo es posible fijar los objetivos de su práctica, el método más simple es mediante objetivos cuantifi­cables o palpables: por ejemplo, abrirse totalmente de piernas, conseguir un cinturón negro, depurar la ejecución técnica de un kata, desarrollar específicamente cierto atributo, etc. Son objetivos globales que sobrepasan las pequeñas metas que han de superarse durante el entrenamiento diario (consejo número 4) pero que dependen de esta superación del día a día. El objetivo específico global es en definitiva el resultado a largo plazo de la acumulación de los ínfimos éxitos diarios. Lo más recomendable es, cuando se empieza la temporada, plantearse un objetivo específico a cumplir antes de que finalice la misma. Para la siguiente temporada se deberán plan­tear otro objetivo específico superior para seguir con la trayectoria de constante superación personal.

      Seguir estos diez consejos adaptándolos a cada caso personal es sin duda la mejor manera de sacar el máximo provecho de vuestro entrenamiento personal y de vuestra potencialidad física y psíquica independientemente de cuál sea el arte marcial practicado. Recordad: "No hay más fronteras que las que tú te impongas".


                                               Este articulo se edito en la revista Dragonz nº 50