martes, 6 de septiembre de 2016

COMBAT ARTS FAMILY: LOS ENCADENAMIENTOS EN LAS ARTES MARCIALES

                                                      

                           COMBAT ARTS FAMILY: LOS ENCADENAMIENTOS

                "Un eslabón suelto para nada sirve, pero enlazado a otros muchos obtenemos uno de los instrumentos más útiles: la cadena". Esto también es aplicable a las artes marciales, y valga la metáfora para entender la importancia que tienen los encadenamientos de técnicas dentro de la práctica marcial.
                Evidentemente, lo ideal en términos marciales es ser capaz de acabar cualquier enfrentamiento aplicando un solo golpe o una única técnica. Pero esto es muy difícil. Algunos grandes maestros tal vez se acerquen a menudo mucho a este ideal; o un golpe de suerte puede hacer que en alguna ocasión logremos acabar un combate con la primera técnica. Pero para lograrlo su ejecución ha de ser absolutamente perfecta, en cuanto a precisión, rapidez, potencia, oportunidad, coordinación, etc... Y la perfección es un ideal hacia al que se tiende pero que nunca se alcanza, así que la mayoría de los practicantes de artes marciales tenemos que aprender a encadenar técnicas para resultar eficaces en combate.

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                           ¿QUÉ ES UN ENCADENAMIENTO?             
 
                Un encadenamiento técnico es, sencillamente, la coordinación de diferentes técnicas en secuencias. Estas técnicas normalmente las hemos aprendido y entrenado en un principio de manera aislada. Pero encadenar no consiste simplemente en sumar técnicas, sino que cada encadenamiento tiene una lógica propia (según las circunstancias, el adversario, etc.), y dentro del mismo cada técnica dependerá de la que ha antecedido y de la que siga después.



                     ¿SON FÁCILES LOS ENCADENAMIENTOS?

                Es curioso observar cómo, gente que lanzando un golpe de manera aislada lo ejecuta de manera impecable, cuando lanza el mismo golpe dentro de una combinación pierde calidad a ojos vista. ¿A qué se debe esto? A que la habilidad de encadenamiento, como cualquier otro atributo, también ha de entrenarse. Y como todo, requiere tiempo, pero sobre todo saber cómo entrenar. Lo cierto es que encadenar sabe hacerlo "casi" todo el mundo. Lo difícil no es lanzar golpes a diestro y siniestro, si no que al menos la mayoría de estos lleguen a su destino. Se consigue más con tres golpes bien encadenados (con coherencia, táctica y eficacia) que con una veintena lanzados sin orden y sin un objetivo claro.


                     ¿CÓMO ENTRENAR LOS ENCADENAMIENTOS?

                Una vez que se domina las bases de una técnica, es imprescindible aprender a coordinarla con otras. La coordinación es pues una de las bases primordiales de la habilidad de encadenamiento. La metodología más pedagógica para lograr esto es la gradualidad, es decir: empezar aprendiendo a coordinar técnicas similares, pues esto resultará más sencillo (encadenamientos simples), e ir progresando hacia la combinación de técnicas más dispares (encadenamientos mixtos). También se debe graduar el número de técnicas a entrenar, comenzar con el encadenamiento de dos técnicas e ir ampliando el número (hasta cinco o seis, que es el máximo razonable de todo encadenamiento).
                Por ejemplo, una vez dominadas las bases de un puñetazo directo delantero, y las del  o puñetazo directo trasero, aprenderemos a coordinar estos dos golpes, que por su parecido forman una de las combinaciones más sencillas y básicas de las artes marciales. Más adelante se aprenderá a encadenar los puñetazos directos con los circulares (ganchos). Y después los puñetazos con las patadas. Y finalmente los golpes con técnicas de desequilibrio, luxación, estrangulación, etc. Siempre en secuencias cada vez más largas y más complejas.
                Para entrenar convenientemente el encadenamiento se necesita recrear el mayor realismo posible. Para empezar, en el caso de los deportes de contactos, se consigue mucho más en una sesión de sparring o de entrenamiento con compañero (focus, paos) que en varias sesiones de sombra o de saco. El compañero o instructor ha de saber moverse para incitar las combinaciones (dónde y cómo colocar los aparatos). Debe moverse mucho y muy rápido y abrir y cerrar huecos constantemente para que apliquemos en condiciones reales nuestros encadenamientos de golpes. Y debe variar sus desplazamientos (ataque, defensa, contraataque, huida, rodeo, etc.) para que nos acostumbremos a encadenar en cualquier circunstancia. 
               En artes marciales se consigue los mismos resultados a base de repetir las técnicas hasta fluir con naturalidad. En ambas modalidades se puede decir que se dominan los encadenamientos cuando se es capaz de realizar diversas combinaciones como si se tratara de una sola técnica, es decir: sin diferencias o lapsus de tiempo entre un movimiento y el siguiente. Para conseguir esto es pues muy importante que el entrenador o compañero sepa manejar diestramente las manos, es decir, que posea unos amplios conocimientos sobre artes marciales y conozca muy bien las aptitudes físicas de su pupilo o compañero.

                En el caso de los deportes de contacto lo que tiene que hacer es incitar y provocar aquellas técnicas para las que el otro tiene una facilidad innata con aquellas otras que ha de perfeccionar. Evidentemente, cuanta más experiencia tenga el que mueve las manoplas, mayor será el rendimiento del entrenamiento. Se debe de tener siempre presente que cada persona es distinta y que las combinaciones que pueden funcionar con unos puede que no sean aptas para otros. Por esta razón se debe de eludir en la medida de lo posible el trabajar de forma mecánica, es decir, memorizando simplemente unas cuantas combinaciones y encadenándolas automáticamente. Cada vez que se ponga un focus para golpear debe de existir un motivo: dependerá de la guardia que tenga el compañero, de su distancia, del tipo de golpe que acaba de impactar o del que sigue, etc. Por ejemplo: si el compañero está alejado de nosotros no se debe colocar la manopla de manera que le incite a pegar un gancho; primero colocaremos la manopla haciéndole comprender que debe acortar la distancia con un jab (golpe directo con el puño adelantado), mientras la otra manopla debe de estar preparada o en la posición adecuada para recibir un cross (golpe directo con el puño atrasado) tras lo cual podemos indicarle que remate con un crochet (gancho horizontal). Una vez conectados los tres golpes o bien se le obliga a realizar una esquiva (para ello el instructor o compañero puede lanzar algún golpe intentando impactar con la manopla) o bien deberá volver a la posición inicial cubriendo su salida con alguna técnica de pierna.
                Obviamente es necesario que exista la máxima sincronización entre los dos, pues una vez que el golpe ha impactado, el focus debe inmediatamente cambiar de posición en función de las circunstancias y de la forma de pelear de cada uno. De esta manera, la persona que está golpeando, realizará combinaciones racionales y eficaces de acuerdo con sus atributos físicos.
                Si se pretende encadenar de manera coordinada golpes de piernas y puños lo más recomendable es utilizar los focus especiales que existen para patadas, o directamente unos paos.

                ¿QUÉ SON LOS ENCADENAMIENTOS SIMPLES Y MIXTOS?

                El concepto de gradualidad de entrenamiento se basa pues en dos tipos de encadenamiento: el simple y el mixto. El simple es aquel que encadena técnicas parecidas (mismas "herramientas", dinámica o trayectoria similar, objetivos próximos, etc.), y el mixto el que mezcla técnicas dispares, como por ejemplo patada y puñetazo, técnicas circulares y directas, golpes altos y bajos, golpes y luxaciones, etc. Para que el aprendizaje se haga con naturalidad hay que graduar la dificultad: conviene comenzar asimilando primero las combinaciones próximas, y ampliar poco a poco a combinaciones más diversas, como explicamos al principio del artículo.
                Los encadenamientos mixtos no son siempre forzosamente superiores (en eficacia) a los simples (aunque sí más complejos). Estos últimos tienen la ventaja de que se asimilan antes y son más instintivos, lo que puede resultar decisivo en la calle, o en momentos de gran tensión, cuando resulta difícil pensar. A menudo lo más sencillo es lo más eficaz. Los mixtos en cambio tienen la ventaja de que son más inesperados e impredecibles. Al variar de "herramientas" (pies, puños, codos, etc.), trayectorias (directas, circulares, verticales, horizontales) y objetivos (piernas, hígado, cabeza, etc.), nos complicamos más pero también complicamos más al adversario. Y el factor sorpresa resulta fundamental en la estrategia de encadenamiento.
                Para ser eficaz encadenando movimientos y técnicas marciales, hay que perfeccionar una serie de atributos físicos. En este caso consideramos como esenciales los siguientes: la estrategia, la fluidez, el desplazamiento, la bilateralidad, la rapidez, la precisión y la potencia.

         CONCEPCIÓN ESTRATÉGICA DE LOS ENCADENAMIENTOS

                El saber jugar con los niveles de ataque y las combinaciones mixtas suele resultar muy útil en combate. Pero siempre teniendo en cuenta las ventajas tácticas que pueden ofrecer las combinaciones específicas de diferentes técnicas. Por ejemplo, una patada baja (o un amago de la misma) suele ser una de las mejores maneras de obligar al adversario a bajar su guardia y descubrir su cara (esta estrategia responde al concepto de "abrir hueco"). Ante esto la mejor combinación es seguir con un puñetazo directo delantero a la cara (golpe muy rápido), y, aprovechando el aturdimiento y ligero retroceso del rival, rematar con un puñetazo directo trasero o, si el rival ha retrocedido notablemente, con una patada circular alta. Este es un ejemplo concreto del uso estratégico de encadenamientos mixtos (patadas-puños, abajo-arriba), un ejemplo muy sencillo y usual pero que sin embargo suele funcionar muy bien. Otra estrategia muy usual es la de desgranar técnicas aisladas con una misma dinámica (por ejemplo, puñetazos directos), para forzar al rival a cubrirse la línea central de su cuerpo, y de repente aprovechar que ha descuidado los laterales para lanzar una combinación de golpes circulares (ganchos, patadas circulares, etc.).
                Evidentemente, la variedad de combinación dependerá de las reglas que rijan nuestro estilo marcial, de nuestros conocimientos y preferencias, de las reglas de competición, etc. Cada arte marcial y deporte tendrá pues sus exigencias. En Karate se busca primordialmente la velocidad y "el golpe", es decir, resolver con una única técnica limpia y perfecta. Los intercambios son pues muy rápidos y el árbitro enseguida separa a los contendientes. Esto no da mucho juego a los encadenamientos. En el Taekwondo, en cambio, priman las largas combinaciones de patadas, especialmente circulares y en giro. En los deportes de contacto se dan también largas combinaciones aunque más comúnmente de puños, debido a la influencia del boxeo inglés.

                         
                              LA FLUIDEZ

                Otro elemento primordial en la habilidad de encadenamiento es la fluidez, la naturalidad. Aprender a aplicar con fluidez un tipo de técnicas es un proceso muy largo: primero hay que entrenar aisladamente la técnica hasta perfeccionarla, luego hay que introducirla progresivamente en nuestro arsenal técnico para finalmente aplicarla en combate. Cuando se ha hecho de las técnicas algo propio, se fluye de una a otra de forma inconsciente y natural, esto es el fruto de la práctica y de la experiencia, así que en este campo sólo hay tres consejos: entrenar, entrenar y entrenar. Y en las condiciones más realistas posibles.
                Para trabajar bien la fluidez, dependiendo del arte marcial que se practique, los guantes a veces son un impedimento, pues impiden agarra, ataque con los dedos a puntos vitales, etc. En Combat Arts se entrena de manera indiferente con guantes que sin ellos, lo importante es adquirir la fluidez, independiente de la protección que se utilice.

                           LOS DESPLAZAMIENTOS

                Los desplazamientos son, como es lógico, determinantes para la eficacia de los encadenamientos. Hay que aprender tanto a adaptar los desplazamientos a los encadenamientos (movernos con fluidez según los desplazamientos del adversario y las técnicas que realicemos), como también a adaptar los encadenamientos a los desplazamientos (qué golpes convienen más en función de la distancia y posición de cada momento de la pelea).
                 Mucha gente aprende a desplazarse y a encadenar de manera lineal, avanzando o retrocediendo según se ataque o defienda. Este es un esquema demasiado básico pues los combates reales no suelen ser lineales, puesto que a lo poco que el enfrentamiento supere un primer intercambio es muy usual que se produzcan giros, cambios de dirección, ruptura de ritmo, contraataques, etc. Por ello resulta fundamental aprender a encadenar con realismo, incluyendo ataques y defensas, alteraciones de posición, sentido y ritmo y otros cambios tácticos. De poco sirve aprender esquemas de largos encadenamientos preestablecidos, porque no se puede abarcar todas las situaciones posibles. El encadenamiento ha de ser instintivo y natural.

                                BILATERALIDAD

                Un elemento que suele perturbar mucho nuestra capacidad de encadenamiento es el de una bilateralidad defectuosa (es decir, menor habilidad con el lado izquierdo, en el caso de los diestros), lo que puede afectar gravemente la continuidad de las combinaciones. Para ello todo practicante debe intentar llegar a ser un "ambidiestro marcial", o sea, que la diferencia entre un lado y otro, en términos de técnica, velocidad, flexibilidad y potencia, sea mínima. Esto es la asignatura pendiente de muchos practicantes de artes marciales en general y de algunos competidores en particular. Una mala bilateralidad se suele notar especialmente en las combinaciones de patadas, pero también en los desplazamientos, y se manifiesta entorpeciendo notablemente nuestro ritmo y fluidez. Sólo hay una forma de equilibrar esto y es entrenando casi el doble con el lado "malo". Entrenamiento largo y difícil, donde la constancia, como en "casi" todo, será la clave del éxito. Como dato anecdótico solo el 1 % de la población es ambidiestra frente al 89 % de diestros y el 10 % de zurdos, por lo que si se quiere partir con una “ventaja” adicional frente al adversario solo queda un camino, entrenar de forma especial las “herramientas” del lado izquierdo, por eso en Combar Arts se entrena tanto o más el lado izquierdo, pues nunca se sabe desde que lado se va a lanzar la técnica ni en qué circunstancias.  
                                        

                                        LA RAPIDEZ

                Otro atributo importante para lograr encadenar con eficacia es la rapidez. No sólo de cada golpe en sí, sino también del encadenamiento de un golpe a otro. Todo artista marcial suele dedicar bastante tiempo a entrenar la velocidad de ejecución de técnicas aisladas, pero no tantos hacen lo mismo con respecto a la velocidad de cambio de unas técnicas a otras. Nos referimos a la rapidez para, por ejemplo, cambiar la posición de la cadera para pasar de una patada frontal a una circular, o la velocidad para recoger el brazo tras un puñetazo y tenerlo así preparado para nuestra siguiente técnica.
                En el encadenamiento, lo óptimo es reducir al mínimo el lapso de tiempo entre una técnica y otra. Pero hay que hacer esto con fundamento. En la mayor parte de los casos recomendamos no ejecutar técnicas simultáneas. Por ejemplo, si se ha lanzado una patada, siempre conviene haber posado el pie en el suelo antes de seguir con un puñetazo (a no ser que alguna de las dos técnicas sea un simple amago). La potencia y precisión dependen en gran medida de la estabilidad, si no hay equilibrio, difícilmente se puede ser preciso o golpear con fuerza, por ello en Combat arts insistimos tanto en el trabajo de las posiciones.




                                    LA PRECISIÓN

                Por precisión entendemos la capacidad para que una acción neuromuscular alcance exactamente el objetivo espacio-temporal deseado; en términos marciales, ya sea golpear o agarrar un punto concreto en un momento concreto o como la concisión o exactitud rigurosa con la que un movimiento técnico alcanza la meta u objetivo previstos (ya sea impactar, bloquear, esquivar, etc.). La precisión es pues el resultado de la conjunción de dos atributos básicos: la coordinación de movimientos en cuanto a la precisión espacial, y la velocidad en cuanto a la precisión temporal. De nada sirve lanzar una serie de técnicas, si estas no llegan a su destino. La precisión es crucial en los encadenamientos, pues cuanto más largo y complejo sean éstos más complicado resultará que casi todos nuestros golpes lleguen con precisión, por eso es imprescindible ante de pasar al combate,  entrenar con paos y focos este atributo con diferentes tipos de encadenamiento. 

                                      LA POTENCIA  

                Otro atributo general a tener en cuenta para el entrenamiento de los encadenamientos es la potencia. Existen numerosos tipos de potencia, pero para simplificar nos limitaremos a dos básicos: la penetrante y la explosiva. La primera es una potencia terminante o definitiva; con esto queremos decir que su objetivo es el de descargar en la técnica todo el peso del cuerpo. Como es lógico, la potencia penetrante ha de usarse preferiblemente en la última técnica de la combinación, con la que pretendemos acabar el combate. Esto es así porque tras un golpe de estos, en el que descargamos todo el peso del cuerpo, resulta muy difícil encadenar inmediatamente otras técnicas, pues, hayamos acertado o fallado, hemos roto nuestro ritmo y perdido en cierta medida el control corporal. Por ello es preferible dejar este tipo de golpes para el final, tras un encadenamiento que "nos abra el camino" para descargarlos.
                El resto de técnicas del encadenamiento deberán realizarse pues con el otro tipo de potencia, la explosiva. Nos referimos al "efecto latigazo", a golpes que se lanzan de manera relajada y muy veloz para tensar los músculos justo en el momento del impacto. Evidentemente, bien aplicados son golpes que pueden hacer mucho daño, pues aunque no lleven detrás todo el peso del cuerpo, el efecto de sumar la aceleración a la flexibilidad resulta precisamente explosivo. Y su ventaja es que, al no implicar a todo el cuerpo en su ejecución, permiten mayor control y por lo tanto seguir encadenando más técnicas.
                Resumiendo: lo ideal en términos marciales es ser capaz de acabar cualquier enfrentamiento aplicando un solo golpe o una única técnica. Sin embargo esto es muy difícil. Sólo algunos grandes maestros son capaces de hacerlo, el resto de los mortales tenemos que aprender a encadenar técnicas para resultar eficaces en combate y para ello es imprescindible perfeccionar y trabajar los atributos que hemos comentado.


                                             Texto:  Pedro Conde.

                                             Fotos:  David Gramage  (davidgramage@gmail.com)